Mientras millones de personas en el sur de EE.UU. se esfuerzan por recuperarse de una de las peores tormentas de los últimos 25 años; la turbulencia en el norte no es menor. Wall Street atraviesa la mayor crisis financiera desde el atentado terrorista hace 7 años.
Wall Street se fue en picada el lunes, luego de que Lehman Brothers, nada menos que el cuarto banco de inversión de Estados Unidos, se declarara en bancarrota. A esto añadiremos la compra del banco de inversión Merrill Lynch por el Bank of America; así como la desesperada búsqueda por liquidez de AIG, la mayor aseguradora de ese país.
Lo que queda de Lehman Brothers: souvernirs en eBay
Pero retrocedamos brevemente en el tiempo, con la intención de recordar, cómo los mercados financieros llegaron a un punto como éste. Año 2006: hay un boom inmobiliario en EE.UU., acompañado de una excesiva confianza de las instituciones crediticias para dar préstamos hipotecarios. Ante la subsecuente incapacidad de pago de gran parte de los tomadores de créditos, se desató la crisis, cuya repercusión se debió a que inversionistas del mundo entero compraron papeles de deuda asociados a dichos créditos subprime.
Lehman Brothers es la última víctima de esta crisis. Luego de fallidas negociaciones de venta con el Bank of America y el banco Barclays, Lehman, anunció bancarrota. Esta noticia fue conocida por sus 25000 trabajadores por medio de la prensa.
El caso del American Internacional Group (AIG), es aún más delicado. Se trata de un holding involucrado en empresas de seguros y afines en más de 130 países. Además, AIG juega un papel central en el mercado de swaps, cuyas dimensiones se calculan en $60 trillones. Si esta empresa colapsara, dicen los expertos, las consecuencias tendrían gran envergadura, mucho mayor que en el caso Lehman. El daño al sistema financiero empezaría por una mayor caída en el precio de los activos relacionados con créditos hipotecarios. Asimismo, AIG entraría en default en el mercado de swaps, perjudicando a sus contrapartidas alrededor del mundo.
Pero que no cunda el pánico, ¡el gobierno de Estados Unidos ya está aquí! El día de ayer por la tarde, la Reserva Federal acordó dar a AIG un préstamo de $85 000 millones, para poder salvarla de la inminente bancarrota. A cambio, AIG se une a Fannie Mae y Freddie Mac, dos grandes empresas inmobiliarias auspiciadas por el Congreso, en pasar a ser controlada por el gobierno. Esta medida significaría la intervención más radical en el sector privado en toda la historia de la FED.
Si bien se trata de una decisión sin precedentes, era esperada por muchos. Ayer, la FED mantuvo intacta su tasa de interés de referencia en 2%, mostrando así su preocupación tanto por la crisis financiera como por la alta inflación. A pesar de ello, los mercados financieros permanecieron confiados en que el gobierno no podría simplemente dejar caer a una empresa de tamaña dimensión, y no lo hizo.
No obstante, el drama de AIG no ha llegado a su final feliz. El préstamo tiene la clara intención de evitar problemas de riesgo moral y de una mayor fragilidad en el sector financiero. Pero muchos están de acuerdo en que no es más que una bancarrota controlada. Ello se evidencia con la alta tasa de interés del préstamo, que deberá ser pagado con la venta de activos de la firma.¿Qué pasará después de esto? ¿Podrá cumplir AIG con su deuda? ¿Seguirá el gobierno norteamericano interviniendo en el sector privado? Al parecer tan sólo el tiempo, pues ni siquiera el mismo Bernanke, puede responder estas preguntas con certeza.
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