La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) está de moda. E inevitablemente, la prensa viste la moda. Para una empresa mediática, la RSE engloba un conjunto de prácticas bastante amplio. La lista incluye informar con la verdad, asegurar un cierto nivel de privacidad y dignidad al público, denunciar lo que anda mal, evitar conflictos de interés y promover el desarrollo social a través sus temas. De acuerdo, probablemente la parte más ictérica de la prensa, que no es poca, se escape por la puerta trasera con la malcriada de la semana a cuestas. Sin embargo, los medios más formalitos parecerían estar cumpliendo sus deberes… ¿o no?
Siendo éste un tema tan extenso, quisiera dedicar estas líneas a uno de los mandamientos de la RSE para los medios: informarás sobre temas que promuevan el desarrollo social. Talvez se pregunten, ¿pero acaso no han estado los temas sociales presentes en los medios desde siempre? Son los diarios los que publican las últimas cifras de pobreza, la radio la que informa sobre una huelga en cierta región del país, los programas de noticias dominicales los que nos conmueven (o al menos lo intentan ávidamente) con algún reportaje sobre la desnutrición infantil, es por Internet que nos enteramos de las consecuencias de un sismo en tiempo real. En efecto, los temas sociales parecen ser el pan de cada día para la prensa. La pregunta es, ¿hasta qué punto es la cobertura precisa, plural e independiente?
El asunto está en que no se trata simplemente de que nos cuenten una historia, por más convincente que ésta sea. El objetivo que persigue la RSE para los medios es lograr una opinión pública informada y conciente de los procesos sociales, generando en ella actitudes proactivas en relación a su entorno. Tamaña responsabilidad no cae en hombros débiles: el poder de la prensa es innegable. Lo que ella informa queda establecido y lo que ignora, no existe. De ahí que la RSE haya dirigido hacia los medios sus poderes de seducción. Hace dos semanas asistí a una de las citas que el periodismo y la RSE tienen cada vez más a menudo. Se trató del conversatorio "Periodismo y Desarrollo Humano - Casos Exitosos en América Latina" que tuvo lugar en la universidad Antonio Ruiz de Montoya. En éste, cuatro periodistas de diferentes ciudades de América Latina nos hablaron del reto que implica para ellos y sus colegas incluir temas de desarrollo social en su agenda, y cómo han sabido enfrentarlo. A continuación, los aspectos a mi parecer más resaltantes del conversatorio.
Ricardo Corredor, representante de la fundación AVINA en Brasil, habló sobre las dificultades del diálogo entre organizaciones de la sociedad civil (OSC) y prensa. Mientras las OSC se quejan de la pobre cobertura que los temas sociales tienen en los medios, estos responden que dichos temas suelen ser muy planos noticiosamente, o sea, ese pan no se vende. Cuando las OSC se lamentan de que las únicas fuentes de los periodistas sean funcionarios del gobierno, ellos rebaten que las OSC no son fuente confiable de información, ¡ouch! Según Corredor, esta relación está llena de desconfianza y prejuicios por ambas partes. Ante ello, AVINA viene trabajando en el desarrollo de estrategias de comunicación con las OSC y motivando constantemente a la prensa a una cobertura más precisa.
Por su parte, la consultora internacional Miriam de Paoli señaló que en la era de la información, el rol del periodista va, paradójicamente, más allá de informar. Según De Paoli, hay que generar valor a partir de la información. Asimismo resaltó que la RSE es una estrategia ganadora para todos. El periodismo que genera valor es el que reconoce los intereses de la sociedad y el que por tanto va a tener una mejor respuesta por parte de ésta que va a repercutir en su rentabilidad.
Este punto fue secundado por Constanza Escobar, periodista colombiana de RCTV, cuando dijo que son precisamente las secciones de los noticieros que más se acercan a la comunidad las que gozan de más rating. Destacó también que su canal viene promoviendo la participación de la audiencia dándole la oportunidad de elegir los temas que el noticiero tratará. Igualmente, una iniciativa de lo más interesante que busca llegar a un público más amplio es la inclusión de temas de desarrollo social en las telenovelas.
El peruano Claudio Zavala, de CNR, finalizó la ronda de exposiciones haciendo énfasis en las relaciones de poder que hay en el entorno mediático. Los dueños de los medios buscan rentabilidad y ello no necesariamente va de la mano con la cobertura de temas de desarrollo social. Es por ello que propuso que la sociedad civil se conformara en un quinto poder que sirva como contrapeso de quienes manejan los medios. En cuanto a los periodistas, instó a un mayor acercamiento a la sociedad, para entender cuáles son sus demandas reales y qué pueden hacer ellos al respecto.
Luego del conversatorio queda la pregunta: ¿cómo puede alguien que no trabaja en prensa aportar su granito de arena? De mil maneras, creo yo. Tomemos por ejemplo el caso de un economista. Dada su (pretendida) sabiduría en temas de desarrollo, este profesional es fuente habitual de información para periodistas. Una comprensión completa, y agregaría, más humana, de los problemas sociales, así como su posterior explicación en un lenguaje entendible (incluso por la abuelita), resulta de muchísima ayuda para los medios. Por otro lado, hoy en día no es necesario estar en planilla de una empresa mediática para tener una comunicación directa con la sociedad. Muestra clara de ello es la proliferación de blogs, como éste, que con mayor o menor éxito logran transmitir ideas certeras o descabelladas a los internautas, que cada vez son más.
Sin embargo, un economista puede trabajar en prensa. Y puede hacerlo ocupando diferentes puestos, no sólo en el rol de periodista sino talvez en la dirección de una empresa mediática. El asunto es que, por su formación, este economista debiera saber que cada actor en este escenario tiene sus propios y distintos intereses. De ahí que los logros que la RSE viene alcanzando no se basan en los espíritus caritativos de quienes trabajan en los medios, sino en saber orientar sus intereses hacia el logro del bienestar común. Creo que no se espera la próxima canonización de nadie en los medios; no obstante, no resulta iluso pensar un futuro en el que la crisis endémica del ande pugne por los titulares en iguales condiciones que la crisis de la bolsa asiática o la crisis del fútbol peruano.
Siendo éste un tema tan extenso, quisiera dedicar estas líneas a uno de los mandamientos de la RSE para los medios: informarás sobre temas que promuevan el desarrollo social. Talvez se pregunten, ¿pero acaso no han estado los temas sociales presentes en los medios desde siempre? Son los diarios los que publican las últimas cifras de pobreza, la radio la que informa sobre una huelga en cierta región del país, los programas de noticias dominicales los que nos conmueven (o al menos lo intentan ávidamente) con algún reportaje sobre la desnutrición infantil, es por Internet que nos enteramos de las consecuencias de un sismo en tiempo real. En efecto, los temas sociales parecen ser el pan de cada día para la prensa. La pregunta es, ¿hasta qué punto es la cobertura precisa, plural e independiente?
El asunto está en que no se trata simplemente de que nos cuenten una historia, por más convincente que ésta sea. El objetivo que persigue la RSE para los medios es lograr una opinión pública informada y conciente de los procesos sociales, generando en ella actitudes proactivas en relación a su entorno. Tamaña responsabilidad no cae en hombros débiles: el poder de la prensa es innegable. Lo que ella informa queda establecido y lo que ignora, no existe. De ahí que la RSE haya dirigido hacia los medios sus poderes de seducción. Hace dos semanas asistí a una de las citas que el periodismo y la RSE tienen cada vez más a menudo. Se trató del conversatorio "Periodismo y Desarrollo Humano - Casos Exitosos en América Latina" que tuvo lugar en la universidad Antonio Ruiz de Montoya. En éste, cuatro periodistas de diferentes ciudades de América Latina nos hablaron del reto que implica para ellos y sus colegas incluir temas de desarrollo social en su agenda, y cómo han sabido enfrentarlo. A continuación, los aspectos a mi parecer más resaltantes del conversatorio.
Ricardo Corredor, representante de la fundación AVINA en Brasil, habló sobre las dificultades del diálogo entre organizaciones de la sociedad civil (OSC) y prensa. Mientras las OSC se quejan de la pobre cobertura que los temas sociales tienen en los medios, estos responden que dichos temas suelen ser muy planos noticiosamente, o sea, ese pan no se vende. Cuando las OSC se lamentan de que las únicas fuentes de los periodistas sean funcionarios del gobierno, ellos rebaten que las OSC no son fuente confiable de información, ¡ouch! Según Corredor, esta relación está llena de desconfianza y prejuicios por ambas partes. Ante ello, AVINA viene trabajando en el desarrollo de estrategias de comunicación con las OSC y motivando constantemente a la prensa a una cobertura más precisa.
Por su parte, la consultora internacional Miriam de Paoli señaló que en la era de la información, el rol del periodista va, paradójicamente, más allá de informar. Según De Paoli, hay que generar valor a partir de la información. Asimismo resaltó que la RSE es una estrategia ganadora para todos. El periodismo que genera valor es el que reconoce los intereses de la sociedad y el que por tanto va a tener una mejor respuesta por parte de ésta que va a repercutir en su rentabilidad.
Este punto fue secundado por Constanza Escobar, periodista colombiana de RCTV, cuando dijo que son precisamente las secciones de los noticieros que más se acercan a la comunidad las que gozan de más rating. Destacó también que su canal viene promoviendo la participación de la audiencia dándole la oportunidad de elegir los temas que el noticiero tratará. Igualmente, una iniciativa de lo más interesante que busca llegar a un público más amplio es la inclusión de temas de desarrollo social en las telenovelas.
El peruano Claudio Zavala, de CNR, finalizó la ronda de exposiciones haciendo énfasis en las relaciones de poder que hay en el entorno mediático. Los dueños de los medios buscan rentabilidad y ello no necesariamente va de la mano con la cobertura de temas de desarrollo social. Es por ello que propuso que la sociedad civil se conformara en un quinto poder que sirva como contrapeso de quienes manejan los medios. En cuanto a los periodistas, instó a un mayor acercamiento a la sociedad, para entender cuáles son sus demandas reales y qué pueden hacer ellos al respecto.
Luego del conversatorio queda la pregunta: ¿cómo puede alguien que no trabaja en prensa aportar su granito de arena? De mil maneras, creo yo. Tomemos por ejemplo el caso de un economista. Dada su (pretendida) sabiduría en temas de desarrollo, este profesional es fuente habitual de información para periodistas. Una comprensión completa, y agregaría, más humana, de los problemas sociales, así como su posterior explicación en un lenguaje entendible (incluso por la abuelita), resulta de muchísima ayuda para los medios. Por otro lado, hoy en día no es necesario estar en planilla de una empresa mediática para tener una comunicación directa con la sociedad. Muestra clara de ello es la proliferación de blogs, como éste, que con mayor o menor éxito logran transmitir ideas certeras o descabelladas a los internautas, que cada vez son más.
Sin embargo, un economista puede trabajar en prensa. Y puede hacerlo ocupando diferentes puestos, no sólo en el rol de periodista sino talvez en la dirección de una empresa mediática. El asunto es que, por su formación, este economista debiera saber que cada actor en este escenario tiene sus propios y distintos intereses. De ahí que los logros que la RSE viene alcanzando no se basan en los espíritus caritativos de quienes trabajan en los medios, sino en saber orientar sus intereses hacia el logro del bienestar común. Creo que no se espera la próxima canonización de nadie en los medios; no obstante, no resulta iluso pensar un futuro en el que la crisis endémica del ande pugne por los titulares en iguales condiciones que la crisis de la bolsa asiática o la crisis del fútbol peruano.
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